sábado, 3 de marzo de 2012

Dios que estás aya arriba, o quizás en todos lados; quizás en ninguno o quizás solamente en mí, no te pido que me des, no te pido que me extiendas cosas y me hagas las cosas más fácil. Si respondieras a todos nuestros rezos, todos seríamos tú; no te pido que me des dinero, no te pido que me des un carro, no te pido que me des salud, no te pido que me des felicidad.
   Si he de pedirte una cosa, y solamente una cosa es que no me dejes caer en la estupidez del razonamiento falso. No me dejes creer en el pensamiento masivo, déjame ser único, deja que yo me forje, deja que desarrolle mi conciencia, déjame decidir, déjame ser... 
   No te pido que me olvides, no te pido que me dejes y no te pido que me abandones... Si me diste cerebro, déjame pensar con el; si me diste corazón, déjame sentir; si me diste conciencia, déjame ser yo. No me obligues a dejar de pensar por mí mismo, sentir mis emociones, ser yo. Acompáñame Dios, no me dejes por favor. Te amo, y si es que te amo es porque sé que estás ahí.

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